martes, 27 de noviembre de 2012

Un domingo, dos elecciones.

Este blog va al ritmo que va por varios motivos, pero por uno principal: para escribir una entrada generalmente no necesito un tema, sino dos (por lo menos), y lo que escribo básicamente plasma mi "proceso-de-dejarme-los-cuernos" para intentar hilvanar una conexión decente. Últimamente me han pasado por delante de las narices temas razonablemente hilvanables, pero lo que me ha faltado es tiempo para ponerme con ello. Sin embargo,  anteayer leí a Juan Goytisolo en El País y me dije: ¿por qué no emularle y escribir una entrada picoteando varios temas? Las ventajas son múltiples: puedes dar rienda suelta a la ironía e incluso ponerte metafórico, el género te evita tener que entrar en engorrosas profundidades  y, aprovechando la confusión, puedes dejar caer de rondón alguna pequeña miseria como que no te cae del todo mal el tirano El Asad, ese dique antioccidental, y seguramente nadie te lo reprochará.  Todo son ventajas. Pero quizás sea mejor dejar estos batiburrillos a especialistas como el propio Goytisolo o Manuel Rivas y hacer lo de siempre. Hablemos, pues, de las dos elecciones de ayer, intentando hilvanar el asunto un poco.

De las elecciones catalanas extraemos una conclusión principal: que el Padre Fundador Mas no tiene toda la fuerza que se requieren para abrazarse con su pueblo, con lo que tiene que cansar eso (ya cuenta el Rey que pasarse la tarde apretando manos es extenuante, así que imagínense). El tema resulta tan coñazo que yo ya he optado por dar rienda suelta a mi verborrea en los foros de la prensa internacional y así, por lo menos, pulo mi inglés. Y haciéndolo creo que he descubierto por qué tantos catalanes quieren separarse de España, porque pocas cosas me han convencido más de que  Catalonia is different que la proporción tan alta de partidarios de la secesión que encontré en los comentarios del Economist. Pero no nos engañemos: aunque uno se vaya por ahí, al final se repiten los patrones de siempre: por un lado están los convencidos de ser un pueblo oprimido, con los que sólo puede uno intentar razonar si tiene mucho tiempo libre, y luego están los que critican la "contraproducente" cerrazón mental de los que no se pliegan a las exigencias nacionalistas, sin ver que tan contraproducente es no dedicar ni un segundo a criticar la cerrazón de los que plantean exigencias a las que otros hemos de plegarnos. Pasado el 25N, en fin, queda claro que frente al coñazo nacionalista no hay milagros y no queda más remedio que aplicarse a un tarea igual de coñazo: la de desmontar la provinciana, egoísta y reaccionaria fábula nacionalista.

También fue ayer día de elecciones en Italia, donde se elegía al candidato del Partito Democratico a las elecciones, que por extensión será un candidato claro a liderar la Italia post-Monti. Eso será si en el post-montismo no está el propio Monti, porque cuando se le pregunta últimamente por el tema al primer ministro se le pone tono de oráculo que, naturalmente, hace que cualquier predicción sobre este asunto resulte poco fiable. Ganó el Secretario General (con mayúsculas de excomunista) Bersani, que es tan chispeante como Monti si al excomisario europeo le quitamos la ironía British, y quedó segundo el alcalde de Florencia Renzi, que si no fuera porque es un boy scout resultaría casi creíble con su discurso startup. Se medirán en la segunda vuelta el próximo domingo, y he leído por ahí que al primero lo votarán los que prestan atención a las instrucciones de seguridad en los vuelos, y al segundo lo votarán los que aplauden cuando el avión ha tocado tierra.  Lo que necesita Italia, vamos: veremos qué pasa. Lo que está claro es que aunque en ocasiones, como este domingo, los líderes quizás no estén a la altura de lo que les exige la Historia, no hemos de perder la esperanza en la capacidad de los pueblos - del catalán, del italiano, del padano o de cualquier otro de los pueblos de Europa- para superar las mediocres circunstancias políticas y las rigideces  normativas del sistema, encontrando resquicios a través de los que poder dar salida a su creatividad.


3 comentarios:

  1. Disculpe la inmundicia de comentario, pero hay otro canal de encuentro entre Cataluña e Italia ahora mismo, y es que a Monti ya le han hecho su figurilla de caganer:

    http://bigbrowser.blog.lemonde.fr/files/2012/11/cagamonti.jpg

    O sea que la cuestión también puede formularse así: quién será el próximo caganer, Bersani o Renzi?

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  2. Jeje, dan ganas de hacerse con él, con el de Rajoy, romper la tradición y montar un belén este año.

    Estaba respondiendo a lo de quién será el próximo caganer y al final he decidido usarlo como entrada. Así le doy algo de espesor al blog.

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  3. El Cervantes iba este año para Goytisolo..hasta que escribí el primer párrafo de esta entrada.

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