sábado, 31 de diciembre de 2011

Un balance con Bertrand Russell.


Pasamos ya por 2011, o mejor, 2011 pasó por nosotros, y el torrente, claro está, ha hecho su trabajo: ya no soy el mismo que era hace un año y los estragos de este año particularmente caudaloso en eventos (¿cuál no lo es?) se pueden ver en este blog. Y me gustaría decir que después de tanto post, tanto tweet y tanto intercambio de correos hablando de todo, he encontrado finalmente un modo de poner orden a los hechos que me rodean; con una receta que me permita, de un modo sistemático, afrontar el oleaje y llegar a confortables certidumbres. Lamentablemente no puedo decirlo. A lo sumo, puedo decir que este año ha logrado que me reafirme en el único modo que considero aceptable para afrontar lo que se nos viene encima si los mayas se equivocaron (el Mundo de 2012 en adelante, casi nada).

En definitiva, creo que básicamente no tenemos más remedio que comportarnos como si existiera la verdad y creer que, esforzándonos, podemos encontrarla. Animados, eso sí, por la intuición de que es posible saber cuando hemos avanzado algunos pasos hacia la verdad. Descartes quizás tenía una intuición similar cuando decía que las ideas verdaderas eran aquellas con un brillo particular, como su “pienso luego existo”: eran “claras y distintas”- una caracterización elocuente, pero insuficiente. Sin embargo creo que la intuición de que una idea que nos acerca a la verdad causa un efecto particular cuando logra, de un plumazo, desenredar las más endiabladas madejas, podemos sentirla leyendo estas líneas con las que Bertrand Russell (en The Problems of Philosophy) fulmina la refinada metafísica de Kant (y de otros que le siguieron).

“El espacio y el tiempo parecen ser infinitamente extensos (…). El espacio y el tiempo parecen ser infinitamente divisibles (…). Contra estos hechos aparentes (extensión infinita e infinita divisibilidad) los filósofos habían dado argumentos mostrando que no podía haber colecciones infinitas de cosas (…) Así, emergía una contradicción entre la aparente naturaleza del tiempo y el espacio y la supuesta imposibilidad de colecciones infinitas. Kant, que fue el primero en señalar esta contradicción, dedujo la imposibilidad del espacio y el tiempo, y desde entonces muchos filósofos han creído que el espacio y el tiempo son mera apariencia (…). Ahora, sin embargo, debido al trabajo de los matemáticos, especialmente de Georg Cantor, sabemos que la imposibilidad de colecciones infinitas era un error. No son de hecho auto-contradictorias, sino que contradicen ciertos prejuicios mentales bastante obstinados. Así pues las razones para considerar irreales tiempo y espacio se han vuelto inoperativas, y una de las grandes fuentes de las construcciones metafísicas se ha secado”.

Ya lo ven: leído esto uno sabe que en lo fundamental Kant se equivocaba: tal es el poder de un puñado de ideas correctas, bien hilvanadas. Pues bien, yo tengo claro que no me conformo con menos: quiero tener una enorme colección de ideas como éstas, en todos los ámbitos. Obviamente es una tarea casi imposible y donde no lo logre tendré que conceder que aún tengo mucho que aprender, y que sólo me queda escuchar y pensar y contribuir con la mayor honestidad posible al debate. Las alternativas ya las conocemos: podemos abandonarnos a los brazos de algún dogmatismo, o podemos instalarnos en una mullida corriente de opinión y guiarnos por lo que dicen los que nos rodean, o podernos comportarnos como sofistas y divertirnos metiendo en el ojo o dando la razón a los que defienden tal o cual opinión, según se nos antoje o nos convenga. Son estrategias que pueden servirnos puntualmente para salir del paso, pero para poco más. Ahora sólo me queda esperar que 2012 (y aquí va un deseo para el año nuevo) no me haga cambiar de opinión.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Aviermen nos habla de las desigualdades.

Por su indudable interés público (y con el objetivo de intentar atraer al autor al mundo blogueril y tuiteril), copio aquí este interesantísimo correo que he recibido de Aviermen:

Al hilo de la entrada de tu blog 'Los ricos, cada vez más ricos...', y para tratar de hablar con un poco más de propiedad, he preparado estas dos figuras:



* La primera muestra la evolución de los ingresos de los hogares de EEUU desde 1967, normalizados a los de ese año 1967 (los datos son los del US Census Bureau que dejaste en el blog). En concreto, en la figura se muestran los ingresos de los percentiles 20, 40, 60, 80 y 95. En la parte de arriba están, además, los cocientes entre los percentiles 80/20 y 95/45. En lugar de unir los datos de cada año, para hacer la gráfica más suave he tomado la media entre el año en sí, los dos años anteriores y los dos años siguientes, y con eso he trazado una línea continua.


Mis conclusiones: la diferencia entre los más ricos y menos ricos en EEUU ha crecido de manera más o menos constante en los últimos 40 años, da igual que se creciera mucho, poco o regular. Mientras se crea riqueza, esto puede ser sostenible, porque basta con repartir no-equitativamente lo que tenemos de más: pero en un período en el que no se cree riqueza, o la tendencia cambia o las consecuencias para los que menos ganan van a ser grandes.


* La segunda figura también muestra ingresos de familias pero en este caso para los países de la OCDE. De hecho, representa el cociente entre lo que ganan los percentiles 90 y 10, en concreto ese cociente en 2008, normalizado a 1985. Los datos son de la OCDE, de un informe que salió comentado en la prensa española la semana pasada.


Mis conclusiones: no se ve ninguna correlación entre crecimiento y aumento/disminución de la desigualdad de ingresos: en particular, hay países que han reducido la desigualdad y han crecido más que otros que la han aumentado. Por supuesto la situación concreta de cada país es un mundo, pero creo que es importante destacar esta ausencia de correlación. Por cierto, el país en que el ratio entre lo que gana el percentil 90 y el 10 casi se ha doblado en este período es Israel (es el único país en que el percentil 90 es ahora significativamente más rico y el 10, significativamente más pobre).


Esto es todo por hoy.

Solo me queda desear que, con un poco de suerte, Enric responda a ese tal Sámuel:

domingo, 11 de diciembre de 2011

Tres Balances

Balance europeo. Se cerró la cumbre europea con un acuerdo y, como ocurre con prácticamente casi cualquier evento, es posible encontrar opiniones perfectamente contrapuestas sobre sus implicaciones. Tenemos por un lado a los que opinan que esto es una nueva victoria de los desregulados y desregulantes mercados frente a las democracias. Y por otro lado tenemos (al cante-para disgusto de Nick Clegg) a Cameron (of The Island), para quien el acuerdo venía cargado de inaceptables regulaciones para la City. En fin, que lo debatan entre ellos. Yo, como ex-erasmus (que somos como una difusa quinta columna eurofederalista) estoy bastante contento. Y puedo apuntar dos cosas, que unos y otros insisten en obviar: que limitar el déficit no implica limitar el gasto público. Y que este acuerdo no supone una renuncia a la solidaridad entre los países del euro, puede ser el primer paso en una secuencia que la haga efectiva.

Balance italiano. Mientras en Italia el profesor Monti, un hombre de maneras suaves como su pelo, reveló su plan de austeridad. El panorama político en Italia es particularmente interesante: los partidos que apoyan a Monti son el Partido della Libertà, que como partido berlusconiano difícilmente se entiende sin Berlusconi en el poder, y el Partido Democrático, que por su orientación de centro-izquierda puede pagar un precio electoral alto por sumarse a los recortes. De hecho, el plan debe recibir aún la aprobación del parlamento, si bien todos la dan por hecha. Los únicos que ya han anunciado su oposición son los de la Liga del Norte: tendrían que haber visto al "leghista" Calderoli (ministro de Interior con Berlusconi, nada menos) en la televisión: parecía un sindicalista. Pero es una jugada políticamente inteligente: si fracasa Monti, serán ellos los que salgan beneficiados. Y si no, saben que es difícil que pierdan votos. Porque la pulsión que les ha llevado al éxito político -la desconfianza hacia los extracomunitarios- sigue ahí.


Balance futbolístico.
El Barça volvió a tomar el Bernabéu en un partido realmente extraño, pero que los pequeñitos (de Busquets para arriba no superaban el metro setenta) manejaron a su antojo. Si la distancia futbolística entre ambos equipos no fuera suficiente, el Madrid comienza a tener problemas psicológicos con el Barça, equipo al que bien podría ganar de vez en cuando si no jugara con ese bloqueo en las piernas (bloqueo que al pobre Cristiano Ronaldo atenaza como a nadie). Y lo peor es que el hombre con contactos con el gremio del diván, Valdano, se fue. Por si esto fuera poco el Barça tiene a Messi, que es a Maradona lo que Raúl a Zidane: un jugador irritantemente efectivo, si bien menos estético. Pero si el Madrid se distingue por algo no es por ser siempre el mejor, sino por no conformarse nunca con ser el segundo. Estoy convencido que de aquí al próximo derby seguirá dando la batalla. Y volverá (volveremos) a creer que la victoria es posible. No queda otra.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Los ricos son más ricos. Los pobres, también.

Si hay una idea que nos encontramos recurrentemente en los artículos de opinión de los últimos tiempos, es la de que desigualdades se han acrecentado en los últimos años. Nos la encontramos por ejemplo en el reciente artículo de Saviano que ha precedido su visita a los muchachos de Occupy Wall Street en Zuccotti Park. En él nos dice que

"Según el Congressional Budget Office, entre 1979 y 2007 las rentas del 90% de las familias ha disminuido novecientos dólares, mientras el del 1 % (de las familias más ricas) ha aumentado más de setecientos mil dólares".

Una idea similar leí en el prólogo del libro Hay Alternativas (libro que leo a ratos para ver si realmente las hay, y de cuya lectura intentaré dar cuenta en este blog, si es que no me puede la pereza). El prólogo lo firma un gurú del anticapitalismo, Noam Chomsky. En él, el lingüista norteamericano nos dice que:

"...para la gran mayoría de la población la renta disponible ha permanecido estancada mientras que la riqueza se ha ido concentrando, a un nivel abrumador, en una facción del 1 por ciento de la población."

Ambos están cerca de reformular el asunto de un modo que también ha tenido bastante pegada últimamente entre los críticos con el sistema, diciendo que cada vez "los ricos son más ricos y los pobres son más pobres". Sin embargo, la reformulación es inexacta, como lo son las afirmaciones de Saviano y Chomsky.

Para verlo, podemos centrarnos en EEUU e ir a ver lo que dice en efecto la Congressional Budget Office que cita Saviano. Como muestra la figura, extraída del sitio de esta oficina que hasta hace poco no tenía el gusto de conocer, es indiscutible que la proporción de la tarta de los ricos ha crecido notablemente entre 1979 y 2007 en EEUU. Sin embargo, dado que la tarta también ha crecido, en 2007 los pobres tienen más tarta de la que tenían en 1979. En particular, podemos ver en el informe (p.53) que la famila menos pobre del 20% de familias más pobres tenía unos ingresos de 18979 $ en 2007, superiores a los 15411 $ ($ de 2007) que la familia análoga tenía en 1979. La mejora es aún más notable si nos fijamos en la familia menos pobre del 40% más pobre, y se incrementa hasta llegar al famoso 1%. En resumidas cuentas: los ingresos de todas las familias han crecido, sólo que los de las más ricas han crecido más.

Son datos que hay que poner en su contexto, claro (por ejemplo, el flujo de inmigrantes que llegan a EEUU con una mano delante y una mano detrás, cuántas personas trabajan por familia, etc...). Podemos preguntarnos si las sociedades más equitativas también crean más riqueza: hay quien dice que es lo que pasa bajo presidencias demócratas. Pero estos datos muestran claramente que una creciente desigualdad no está reñida con una mejora de las condiciones de vida de los que menos tienen. Podría también argumentarse que gracias a que existe el incentivo de una creciente recompensa económica del éxito, la riqueza total crece. Y esto, indirectamente, hace que mejoren las condiciones de vida de los más desfavorecidos.

Los debates verdaderamente interesantes son estos. Lo difícil es llegar a ellos partiendo de premisas incorrectas. Y si uno parte deliberadamente de premisas incorrectas, la tarea se vuelve imposible.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Decálogo-balance del 20N

Podría haberme ido peor:

I. La participación ha sido más que aceptable. Parece que hay mucha gente que sigue pensando que votar sirve para algo.

II. Los muchachos del 15M se portaron razonablemente bien (si es que el "espíritu 15M" no está mejor respresentado por los que se dejaron caer por Sol-eso lo tendrán que decir otros).

III. El PP arrasó, pero atrayendo solo a medio millón de votantes nuevos. Es posible que algo esté cambiando, pero de ahí a pensar que las elecciones se deciden en el centro hay mucho.

IV. Nada de mayoría PP+UPD. Pero si me dan a elegir entre una mayoría absoluta del PP o relativa y condicionada al apoyo de CiU y/o PNV hoy, día 22 de noviembre, no sabría que decirles.

V. Como dice el agudo aviermen, habrá que ver qué sorpresas nos depara Mariano. Si, por ejemplo, dará una decepción a esos muchachos que se besaban en Génova.

VI. En el balcón de Génova estaba también Esperanza Aguirre, a la que me imagino nerviosa. Habrá que seguir los ajustes de cuentas dentro del PP.

VII. Rubalcaba pasa por estos días por ser un pésimo candidato que debería abandonar su puesto. Parece que no hemos aprendido nada con Rajoy. Y sobre todo parece que nos hemos olvidado del candidato Zapatero.

VIII. El nuevo líder del PSOE tendrá que decidir entre culpabilizar de lo ocurrido a "los mercados" o al zapaterismo. El punto III me hace temer lo primero.

IX. UPyD se consolida. Será bueno también que se oigan otras voces del partido magenta, porque la solista a veces desafina.

X. Lamentablemente, Amaiur entra en el congreso con fuerza. Una consecuencia negativa es que la gente empezará a liarse, como Gabilondo.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Decálogo de deseos para el 20-N.

Algunos más factibles, otros menos. Los dejo aquí colgados, hagan ustedes lo que puedan:

I. Que la participación sea superior al 70%.

II. Que el PP no logre la mayoría absoluta.

III. Que los muchachos del 15M respeten la jornada de reflexión.

IV. Que los muchachos del 15M, en general, se comporten.

V. Que UPyD saque más de 5 diputados.

VI. Que UPyD tenga la llave del gobierno del PP.

VII. Que bajen CiU y el PNV.

VIII. Que Bildu no entre en el Congreso.

IX. Que Inés Sabanés robe algún escaño a la obsoleta IU.

X. Que Álvaro Pombo sea senador.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Cónsuelate como puedas.

Un tipo con ojeras accede a las oficinas del consulado de España en Milán, con el objetivo de hacer llegar unos documentos que acreditan lo listo que es a quien le compete. A su llegada, un hombre de origen caribeño, que es quien organiza la fila, se ocupa de la seguridad y parece que de dar consejos sobre la vida en general, le pregunta (¡en italiano!) si lleva los documentos necesarios para la convalidación de su título. Nuestro héroe, que ha entendido rápidamente que está ante la persona más poderosa del consulado, le hace entender con su mejor sonrisa que ya no tiene edad para esas cosas, pero que gracias por el piropo. Mientras lo intenta, aparecen dos enviados de la Procura di Milano a los que el multiempleado concede prioridad absoluta. Concluidas las pesquisas de los enviados, nuestro protagonista logra entregar su documentación y aprovecha para preguntar que qué fue de las papeletas que habrían de haberle llegado para ejercer su sacrosanto derecho a voto. Se le dice que los inscritos en el registro de españoles en Milán tras el 1 de julio no estarán en las listas. "Me lo podían haber dicho entonces" se queja. Respuesta: "Es que entonces no lo sabíamos". Nuestro hombre abandona la pieza (porque no es mucho más el consulado) apesadumbrado por no poder dar su voto, del que por otro lado no estaba tan convencido. Pero le queda el magro consuelo de poder compensarlo escribiendo algo en su exitosísimo blog.

domingo, 23 de octubre de 2011

ETA dice que lo deja

ETA dice que lo deja, con uno de esos comunicados escritos desde su mundo paralelo, algo que se ha celebrado como un gran noticia. Desde luego es una noticia positiva porque es un paso atrás de los criminales, pese a que ellos disimulen con su patética retórica. Pero entre tanta (auto)felicitación y tanto deseo de poner un punto y final, quizás deberíamos leer a Savater y, como él, ser cautos. Entendámonos: que ETA cumpla su palabra y esto sea el cese definitivo de la violencia tiene más visos de cumplirse que, que sé yó, lo de los neutrinos. Por varias razones, empezando por el hecho de que creerse Napoleón no es totalmente incompatible con tener cierto respeto por la palabra dada. Y también porque la vida de los terroristas se ha vuelto muy difícil, gracias a la apuesta por la vía policial de los últimos años (salvo por el paréntesis negociador zapateril).

Pero también existe una inquietante posibilidad: que el abandono sea definitivo gracias a futuras concesiones. Porque que no hayan sido necesarias concesiones para que ETA haga este anuncio no quiere decir que no vayan a pedirlas para seguir portándose bien. Desde luego no faltarán voces que animarán a hacer gestos para aprovechar esta oportunidad histórica, formando un cansino coro que tomará el relevo del que en los últimos años pedía también gestos que aplacaran a los asesinos (de hecho es el mismo coro, que simplemente ajustará el repertorio). Algo que complacerá a ETA, que ya en su comunicado está pidiendo gestos por un tubo. Así que personalmente guardaré el champán para cuando ETA anuncie su disolución, entregue la última pistola y Savater pueda salir tranquilamente a tomarse unos "pintxos" por San Sebastián. O para cuando un segundo grupo confirme que los neutrinos pueden viajar más rápido que la luz.

viernes, 14 de octubre de 2011

Si dudas, no protestes.

Con dudas en general nunca se ha ido a ningún sitio. Y menos en el siglo XXI, donde lo que sobran son plataformas desde donde pontificar. En un tweet no cabe un titubeo (¡un tweetubeo!). Por no hablar de lo contradictorio de tener un blog y escribir entradas trufadas de expresiones como "yo creo" o "en mi opinión". Pero en esas estamos. No sé si fue a Cortázar a quien le leí eso de la "prosa macho" y la "prosa hembra": está el que da, el que dicta, el que dictamina, y luego está el que recibe, el que escucha, el que acumula dictámenes. En esto de la escritura, filial de la cosa esa del pensar, me da que soy hembra (para tranquilidad de mis fans, diré que es por equilibrar los excesos de signo contrario en otros ámbitos de la vida, por los típicos argumentos del equilibrio de la Fuerza o del yin y el yan). Ya sabemos que mañana 15 Octubre los indignados de todo el mundo se reúnen para protestar por lo mal que se están haciendo las cosas, contra el capitalismo global y sus crisis. Se les acusa de inconcreción, y yo el primero, pero veo que tienen algunas ideas muy claras. Yo no y, cuando se habla de economía, aún menos. Por ejemplo, yo ahora me leo un libro de un empresario de Prato que a consecuencia de la competencia con los chinos se vio obligado a cerrar su empresa, y todavía me pregunto si no merecería la pena abrir un poco el encuadre: ver cómo ha afectado la libre competencia con los chinos a Italia, en general. Con números y eso, si es posible. O me da por pensar en los chinos quienes, aunque a veces se dejen la uña del meñique larga y tengan cierta propensión a escupir en la vía pública (como hasta anteayer se hacía en cierto país de la Europa sudoccidental de cuyo nombre no quiero acordarme) también tienen derecho a prosperar....¿o no pertenecen a l'Humanité? Cuestiones que cualquiera con una opinión bien formada sobre los desmanes del capitalismo globalizado, como los que se reúnen mañana en las plazas de Occidente, podría despachar sin ningún problema. Pero yo, ante la duda, prefiero seguir esta protesta global desde cierta distancia. Con atención, por supuesto, y con la esperanza sincera de escuchar un mensaje nítido que me permita disipar esos nubarrones que nublan mi entendimiento, para poder así escribir posts y tweets como churros y participar con convicción en la gran conversación global que está cambiando el mundo.

jueves, 6 de octubre de 2011

Report

Venía a decir el otro día Arcadi Espada, con la contundencia que de él se espera, que en España tenemos la televisión que corresponde al espesor cultural patrio. Por otro lado, hace ya unos meses, el corresponsal de EP en Roma, Miguel Mora, nos contaba en su sentidísimo adiós a Italia que "los (italianos) que han acabado el Liceo hablan mejor que Castelar y tienen un estupendo bagaje lector". Ambas afirmaciones me han venido a la cabeza al leer la noticia del premio otorgado por El Mundo a Milena Gabanelli, directora del programa Report, un programa de periodismo de investigación de un nivel que ya quisiera para sí cualquier canal español. Con sus minuciosos reportajes-denuncia, la pendenciera Gabanelli se ha ganado notorias enemistades, como la del ministro Tremonti, así como un buen puñado de pleitos, que suele ganar (si bien se rumoreaba que los directivos de Rai 3 dudaban sobre la rentabilidad de la exitosa transmisión, considerando los gastos en abogados que ésta acarreaba). Sin embargo, tras varias semanas de vaivenes (y, se comenta, de negociaciones sobre la partida destinada a abogados), parece que la noche de los domingos volveremos a deprimirnos un poquito más de lo habitual (de lo habitual las tardes de los domingos) mientras no podemos dejar de escuchar a la Gabanelli, quien nos explica mirándonos a los ojos los chanchullos en las universidades públicas italianas, o las dificultades que atraviesa una industria textil en Forlí, o el pésimo diseño de los recortes económicos del ministro Tremonti, o los escándalos que rodean a la inminente Exposición Universal de Milán (a la que también rodea un sospechoso silencio mediático e institucional)...

Seguramente en España, que de problemas y de chanchullos anda sobrada, un programa como "Report" no vendría mal. Aunque ello supusiera reducir un poco la cobertura mediática que sin duda merece nuestra envidiable aristocracia.

martes, 27 de septiembre de 2011

Decálogo-balance de Zapatero a vuelapluma


Me envía Á. (a.k.a Meteore), un artículo en el que se defienden los logros de Zapatero. El artículo tiene un mérito per se en estos tiempos en los que parece que a Zapatero no le votó nadie. Normalmente habría respondido por email a Á. explicándole por qué no estoy de acuerdo con mucho de lo que dice este artículo y haciendo mi personal balance del zapaterismo, pero sé que anda muy liado mudándose a unas tierras brumosas y, además, tengo un blog que mantener. Así que aquí va el balance:

A FAVOR:

I. La ley del matrimonio homosexual y la de dependencia (esta última donde se aplica, claro, ver punto VI).

II. Sus últimas medidas económicas. No es habitual ver a un político pegarse un tiro en el pie por el país. Lo que no entiendo aún es por qué los socialistas, en lugar de colgarse la medalla, lo evocan haciendo pucheros.

III. La regularización masiva de inmigrantes, un éxito comparado con lo que se ve por Europa.

IV. El apoyo a la intervención en Libia y el mantenimiento de la misión en Afganistán (entre otras).

V. Haberse manejado con maneras suaves en unos tiempos y en un país en los que manejarse a grito pelado es un hábito. El talante, vamos. A mí me caía bien.

EN CONTRA:

VI. Haber puesto la música al baile estatutario, que al final es la más antisocialdemócrata de sus medidas, la que más ha minado el poder del Gobierno (de este Gobierno y de los que vendrán).

VII. No haber logrado aflojar ni un ápice la presión de la burbuja inmobiliaria. La hostia nos la íbamos a dar igual, junto con la global. Pero es mejor recibirlas de una en una.

VIII. La negociación con ETA y sus chanchullos. Los éxitos han llegado cuando se ha apostado (al menos formalmente) por la vía policial. Esperemos que el próximo presidente no cometa error de primerizo de tropezar en la misma piedra.

IX. La retirada de las tropas de Irak. No deberíamos haber ido, pero peor fue retirarse así. Por lo que dejábamos atrás y por el mensaje que mandábamos al mundo.

X. En general, haber contribuido a alentar ese pensamiento fofo (copyright Vinicio) izquierdista que no ve que su continuo recurso a su (más que discutible) superioridad moral es devastador para sus propios argumentos.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Surtido de actualidad política (española), política (italiana), científica y filosófica.

Cabezonería-ceguera: Dicen que los presos de ETA han pedido el final de la violencia. Echo un vistazo al comunicado y, tal es mi cabezonería-ceguera, me parece el batiburrillo totalitario de siempre. Pésimamente escrito, por cierto (a lo mejor la prosa es mejor en euskera). Debe ser una desagradable tarea leer y releer un texto así a la búsqueda de matices. Queda la pregunta de para qué hacer ese esfuerzo de exégesis. En el caso de la prensa se entiende, porque hay que escribir algo en los periódicos. Pero en el caso de los políticos, no tanto porque...¿no estamos básicamente esperando a que entreguen las armas sin contrapartidas? Pues qué quieren que les diga: a los ojos de un exégeta inexperto, visto el comunicado, parece que aún estamos lejos.

Agentes Calificantes. "Las agencias de calificación ya se equivocaron antes con Enron, Lehman Brothers, Parmalat" . "Hay que considerar el contexto internacional". "Su juicio es muy discutible". "El suyo es un juicio no político, sino económico". "El propio presidente Obama ha polemizado con Standard and Poor's". No son palabras de un miembro del gobierno español. Son palabras del ministro Fitto (del partido de Berlusconi) en el programa de Rai 3 Ballarò, a propósito de la reciente rebaja de la calificación de la deuda italiana. Obviamente Enrico Letta, de la oposición de izquierdas, defendía en el mismo programa exactamente lo contrario (y por extensión lo contrario de lo que defiende la izquierda española). Creo que fue Azúa quien dijo que España e Italia se parecen, sobre todo en lo malo. Tenía razón.

Éxito científico e infraestructural. Pero no todo son malas noticias en Italia. Sin duda lo de los neutrinos (de confirmarse, porque a mí aún me cuesta creerlo) es un tanto importante para la física italiana (párense a considerar la alta proporción de apellidos italianos que aparecen en las noticias relacionadas con el hallazgo). Pero esto a la ministra de la cosa en la República, la señora Gelmini, no le parece suficiente, y celebra no sólo la contribución del gobierno italiano a la construcción del laboratorio en el Gran Sasso, sino también su inestimable papel en la construcción del túnel por el que llegaron los neutrinos desde Suiza (resic). La probabilidad de que estuviera pensando en el "efecto túnel" es similar a la probabilidad que tengo yo de atravesar la pared de mi casa haciendo uso de tan simpático efecto cuántico.

La escort nietzscheana. Alemán con bigote por alemán con más bigote todavía: Mientras en Suiza enterraban a Einstein (habrá que verlo), puedo decirles que Nietzsche está de vuelta. O así lo parece tras ver esta entrevista a una escort que frecuentó las fiestas de Berlusconi, donde nos explica (entre otras muchas cosas) la diferencia entre vivir como un león y vivir como una oveja. Sólo le falta decir aquello del esplendor del tigre.

Pongámonos serios. Sí al Estado Palestino.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Dos festivales

Sí, ya sé que he estado últimamente un poco ausente, algo que agradecerán aquellos a los que les gusta cuando callo. Pero es que he estado entretenido. Y es que quien no se divierte en Italia es porque no quiere. Esto no lo digo por el espectáculo (¡gratuito!) de la política italiana, que en los últimos días se está adentrando en los terrenos del hardcore con la transcripción de las conversaciones telefónicas del Berlusconi y su entorno que están haciendo el Corriere y Repubblica, de donde se extrae una idea precisa de las relaciones contractuales (y sobre todo pre-contractuales) del premier -que obviamente acepta pago en especie- con una lista interminable de señoritas. Al final, a qué negarlo, uno acaba aburriéndose de estas cosas (imagínense los italianos, que llevan meses con lo mismo).

Lo digo por la estupenda oferta cultural, de la que tuve una primera muestra el pasado fin de semana en el Festival de la Literatura de la recoleta ciudad de Mantua. F. (¡bendita sea!) había sacado entradas para ir con nuestra amiga S. a ver a Salvatore Scibona, un escritor italoamericano al que yo no tenía el gusto de conocer y que presentaba su multipremiado libro. Siempre me ponen algo nervioso estos eventos porque me compadezco del pobre escritor, obligado a decir cosas inteligentes ante una audiencia de listillos, como el que escribe -no todos tienen los recursos de un Eduardo Mendoza. Algo nervioso se le veía, aunque salió bastante airoso con su simpático acento yanqui y con frases de esas que gustan a la audiencia, como lo de que "el escritor no elige los temas, los temas eligen al escritor". Más suelto le vimos luego en un taller literario, ya en inglés, en el que nos explicaba que el primer criterio al elegir una palabra ha de ser la claridad. Alguien en la audiencia le dijo que, bueno, eso es una particularidad del estilo anglosajón; una particularidad que hace que el estilo anglosajón tenga la rara virtud de entenderse casi siempre, pensé yo. Luego nos acercamos a ver a Bergonzoni, un cómico boloñés que soltó un simpatiquísimo monólogo ácrata donde, nadie es perfecto, no pudo faltar una desafortunada alusión a la fecha (era once de septiembre) y a eso de que a qué tanta conmemoración y tanto rollo cuando onceeses hay muchos, que levantó el entusiasta aplauso del respetable y que yo aproveché para ver si llevaba los cordones bien atados.

Tras una semana de cosas poco interesantes (salvo mi encuentro con Aviermen-del que hablaré, explícita o implícitamente, más adelante) y de nuevo gracias a F., que se hizo con unos pases, he podido disfrutar de los últimos días del Festival de Cine de Milán, lo que en palabras de nuestro amigo D. es la ocasión de ver películas que difícilmente serán distribuidas en la ciudad (y en versión original, asunto difícil por aquí), además de suponer una concentración de gafapastas y modelnos difícilmente igualable. El ambiente era bastante desenfadado, como corresponde a un festival pequeño, y algunas películas interesantes vimos: "El Premio", la agobiante historia de una madre y una hija que escapan de la represión política; "Wasted Youth", una película griega de esas que por algún motivo se sienten obligadas a terminar mal; "All that glitters", sobre una multinacional en Kirguistán, que quizá me gustó por ser mucho más objetiva de lo que me esperaba; y por último vimos la última de Trueba, "Chico y Rita", que a ratos me fascinó. Vimos también un puñado de cortos; quizá el que más me impresionó fue "Susya", que condensa en pocos minutos la problemática de los territorios ocupados en Palestina. El premio del festival se lo llevó "Italy:Love it or leave it", la historia de una pareja gay que recorre el país sopesando si largarse o no; no pude verla, pero probablemente ganó por ser la que mejor conectaba con los nuevos aires de la ciudad tras la victoria de Pisapia. Si quieren verla, la pusieron ayer en Rai 3.



En fin, fueron dos findes estimulantes, y no sólo por las películas. Ocasiones como éstas son valiosas porque nos permiten pensar (o acaso engañarnos con) que podemos ser civilizados y compartir las cosas que realmente valen la pena, como el cine o a la literatura. Que no es poco para ir tirando.

domingo, 11 de septiembre de 2011

+10

Ya han pasado diez años desde el 11-S y es momento de balances, o así lo parece a juzgar por los medios, que se han lanzado al tema con su entusiasmo habitual. Quizá el mejor balance que he leído del impacto de los atentados es el que hace The Economist, al que poco puedo añadir. De lo que sí puedo hacer un balance más o menos preciso es de cómo el atentado cambió mi forma de ver las cosas.

Creo que cuando vi la explosión en la Torre Sur (recuerdo haberla visto en directo, mientras estaba recogiendo en la cocina, y la cronología parece que lo confirma) fue cuando me di cuenta de que estábamos ante unas horas excepcionales, de las que saldría con muchas incertidumbres y con una sensación predominante: la de que el sistema era vulnerable. A la que siguió, acaso para mi sorpresa, otra, la que dejó una huella más honda: la de que si el sistema es vulnerable, nosotros somos vulnerables. Una sensación que quizás fue tan intensa porque entonces la experimenté por primera vez: así de joven, o de inconsciente, o de estúpido, o de afortunado era yo por entonces.

Así pues, no es de extrañar que desde entonces, mi valoración del sistema (al que podemos llamar algo más ampulosamente la democracia liberal) haya mejorado mucho. Lecturas inmediatamente posteriores, como la de Soldados de Salamina (que pese a sus trucos conservo en mi memoria como un elogio de laa democracia y un homenaje a los que han luchado por ella) o algunos eventos (esa portada de Libération) contribuyeron a afianzarla. Pero esta actitud política se basa en algo más esencial, en algo que para mí resultó inevitable tras los atentados: ante cada propuesta política, o cada evento de la política nacional o internacional, no puedo evitar preguntarme si mejora en algo el (imperfecto, pero razonable) compromiso entre libertad, seguridad y prosperidad (esto sobre todo últimamente) que el sistema nos proporciona; o si propone una solución mejor a las disyuntivas a las que nos enfrentamos (si bien uno de los asuntos más desesperantes del debate político es la incapacidad de algunos para abordarlas sistemáticamente, cuando no se dedican directamente a despacharlas con pases de pecho). Y todo ello sin perder de vista que ahí fuera hay quien estaría encantado de hacernos volver a la Edad Media.

Quizá todo esto pueda resumirse en que simplemente me he hecho mayor, o mejor, que me he hecho conservador. Puede ser. Pero también pienso que los atentados me sirvieron para valorar mejor las virtudes del sistema en el que vivimos. Y esto debería ser la tarea fundamental para un progresista, porque si no ¿cómo podemos saber si un cambio ha supuesto un progreso?

lunes, 5 de septiembre de 2011

Apuntes de un viaje por tierra y aire

Hay pocos prodigios que no pierdan su capacidad de asombro al volverse rutinarios. Pero hay días en los que por algún motivo, la rutina baja la guardia y podemos asombrarnos de nuevo. Pienso en el espectacular paisaje que pueden formar las nubes vistas desde un avión. Esta mañana pude ver cómo formaban gigantescas montañas (a veces, invertidas), vertiginosas fosas y lo que parecían ser nevados fiordos. Otras veces, parecían escamas de un lagarto blanco, o espuma flotando en el agua: entre los intersticios se divisaban las construcciones humanas y parecían la obra de una insignificante y afanosa especie que viviera en el fondo del mar.

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La lotería del viajero solitario que ve desfilar ante sí posibles candidatos para el asiento vacante a su lado, una modesta variante de la de Babilonia (que no me toque el calvo de la camisa de franela-que no me toque la monja rolliza-que no me toque el adolescente de camiseta chillona). Por la frecuencia con la que me toca compartir viaje con señoras parlanchinas que parecen salidas de una película de Almodóvar, podría pensar que está amañada. Pero fijándome bien noto que no es del todo aleatoria, que los viajeros parecemos agrupados por sexos. Me pregunto inútilmente si es algo intencionado, si algún gris programador añadió una línea de código al programa de asignación de asientos para evitar quién sabe qué.

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Ver un aterdecer desde un tren en como ver varios atardeceres, pues desde el vagón vemos cómo el sol se oculta majestuosamente entre paisajes que se alternan: una belleza deslumbrante que va probándose distintas prendas para nosotros.

sábado, 27 de agosto de 2011

Surtido de actualidad veraniega

Actualidad española (y europea). Ya saben: en España se fijará en la Constitución un límite para el déficit público. El asunto genera perplejidades, por ejemplo que el límite se fijará allá por 2020. Más perplejos habría de dejarnos el hecho de que existe la la posibilidad de que, pese a ello, la medida sirva para algo. Por lo demás, parece que la UE se está construyendo, aunque sea a base de tropiezos. Probablemente esta sea la verdadera noticia del año.

Actualidad indignada. Obviamente, la noticia no ha caído bien entre los indignados que hablan de "crimen económico" y de "golpe de Estado encubierto". Unos reformistas, vamos.

Actualidad europea (II). Simpático artículo sobre el PSF, en The Economist. Con una frase que simplificaría mucho los debates sobre economía: "there is a simple way to avoid the wrath of bond markets: balance your books and don’t borrow."

Actualidad internacional. Parece que Gadafi está fuera de combate. Seis meses de campaña. Síntoma de lo acelerados que estamos todos es que gente sensata hablara de fracaso mayúsculo de la OTAN hace semanas. Habrá que recordarlo para otras ocasiones.

Actualidad deportiva. El debate sobre si Mourinho es más o menos listo es necesariamente un debate estéril, porque ambas posibilidades son compatibles con comportarse como un cenutrio.

domingo, 21 de agosto de 2011

Sobre "La Enormidad", de Javier Cercas

Tenía ganas de decir algo sobre La enormidad, un artículo de Javier Cercas, escritor al que aprecio y al que considero capaz de escribir buenos artículos, como el de hoy (debo ser el único español que lee regularmente a Javier Cercas y a su archienemigo Arcadi Espada). En el artículo del que hablamos el extremeño se adhiere a aquello de que "quien gobierna en Europa no son los Gobiernos, sino los mercados", para acabar acudiendo a Ramoneda (probablemente el analista más sobrevalorado de la izquierda española) y decir que "cuando el poder económico se impone al político (...) el fascismo acaba llamando a la puerta". El artículo de Cercas se apoya en una cita de un artículo de Giuliano Amato y Guy Verhofstadt publicado en el Corriere: "Europa ha perdido la guerra entre los Gobiernos electos y las agencias de calificación no electas. Los Gobiernos intentan gobernar, pero las agencias de calificación dictan las reglas."

Releyendo a Cercas veo que lo del fascismo es un tanto ambiguo, así que prefiero centrarme en el razonamiento de que "gobiernan los mercados", algo que se ha convertido en un "mantra". Si no me equivoco, el razonamiento es como sigue: los gobiernos piden dinero prestado en los mercados internacionales; las agencias de calificación se dedican a evaluar si un Estado podrá devolver lo prestado y eso determina las condiciones del préstamo; para mejorar esas condiciones los Estados toman medidas para mejorar su calificación a ojos de las agencias (y sobre todo de los prestamistas) ergo quienes deciden al final son los mercados (agencias de calificación y prestamistas), y no los gobiernos democráticos. Y de este ninguneo a la democracia al fascismo, infiero, habría un paso.

El razonamiento, en mi opinión, parte de una confusión esencial: pensar que es posible algo así como el control democrático del funcionamiento esencial del mercado (de qué, de cuánto y de cuándo se presta, se compra y se vende, y a qué precio). Si se ejerciera dicho control, dejaría de ser un mercado, o dejaría de funcionar como tal. Los gobiernos, conscientes de ello, toman medidas que intentan alterar la percepción que tiene el mercado de los Estados. Y eso lo hacen porque consideran preferible seguir pidiendo dinero a los mercados internacionales, que la alternativa: dejar de hacerlo, o dejar de pagar lo que debemos (a la Debtocracy), algo que sin duda nos evitaría estar expuestos a los caprichos de los prestamistas pero que también, ojo, nos dejaría sin sus préstamos. A los disconformes con lo que parece ser la opción preferida por la mayoría de los gobiernos europeos, les diría que pronto tendremos en España la ocasión de votar a partidos que consideren preferibles las otras opciones (por ejemplo, IU). Así se funciona en una democracia.

De hecho, volviendo al artículo de Amato, tal y como está citado por Cercas, parecería que poco menos que denuncia este sistema y propone una revisión de cabo a rabo. Nada de eso: leyéndolo vemos que en él se pide una política fiscal común en la UE que simplemente deje más margen de maniobra a los gobiernos frente a las percepciones del mercado. Un enfoque esencialmente keynesiano que en ningún momento propone una revisión de lo fundamental del sistema: la posibilidad de pedir prestado dinero a los mercados (un enfoque que, visto desde lejos, parece estar imponiéndose en Europa - afortunadamente en mi opinión).

Creo haber esbozado lo esencial de mi discrepancia. Nada me gustaría más que ver que un artículo de Javier Cercas, cuyo tono explicativo siempre he agradecido mucho como lector, explicándome dónde reside mi error. Ni que decir tiene que lo mismo es aplicable a mis lectores.

viernes, 19 de agosto de 2011

Emergencia mosquitaria en Milán

Están las ciudades que se vacían en Agosto y luego está Milán. Milán está tan vacío que hasta se encuentran sitios para aparcar. Milán está tan vacío que cuando entras en el metro la gente te mira con cara de "coño, otro" (de un'altro sfigato, para ser precisos). Y lo que es más significativo: Milán está tan vacío que apenas hay mosquitos. El motivo está claro: se están muriendo de inanición.

martes, 16 de agosto de 2011

Vuelta al cole


Vuelvo ahora de mi periplo por Iberia, que culminó en Madrid: demasiado pronto como para ver a Benedicto XVI Live, pero suficiente para hacerme una idea del ambientillo que se respirará por la ciudad. Muchos jóvenes, mucho calor, mucho entusiasmo: se lo van a pasar pipa. Espero que la jerarquía eclesiástica, que en eventos como éste no duda en lanzar jugosas ofertas absolutorias, no sea demasiado dura con ellos si se dejan llevar por su entusiasmo juvenil. Viendo cómo están señalizados los 200 confesionarios instalados en el Retiro (ver foto) confío en que será así.


Digo periplo por Iberia porque éste también ha incluido un buen tramo en Portugal, donde he tratado bastante con portugueses: gente amable, políglota y poco propensa al griterío. A modo de experiencia-resumen de esta interacción, nuestra última noche, en Évora, la pasamos viendo una peli sueca con subtítulos en un cine de verano improvisado en la plaza del pueblo. Son gente, en suma, de la que uno sería con gusto compatriota. Indirectamente, el asunto me sirve para volver a apoyar con fuerzas renovadas a mi Real Madrid, equipo al que veo destinado esta temporada a doblegar al Barça y a mostrar la superioridad de la fraternal utopía ibérica frente a la excluyente utopía nacionalista (a ver si pienso lo mismo tras el partido de vuelta de mañana).

Ha habido algo de literatura también en estos días, claro. Mi conclusión fundamental tras leer "Los Enamoramientos" es que a Marías le caen mal los gorrillas: no sé si será porque Marías vive en la zona de los Austrias y es de los que intenta aparcar en las inmediaciones de la Almudena, que es zona donde éstos tienen un buen business.

He intentado pasar de la actualidad política y económica, pero ha sido inevitable asomarme a EP y llevarme algún que otro susto, como que un tipo sensato como Cercas hable de fascismo. Pero eso me dará para alguna entrada aburrida más adelante, así que para entonces lo dejo. También he constatado en mis lecturas que Bertrand Russell estaría muy de acuerdo con los indignados, lo que me da que pensar. Aunque he visto que estaría de acuerdo desde cierta inconcreción, o sea que a lo mejor tampoco tengo que pensar tanto.

Habrán notado el cambio de nick. Es porque he descubierto que circulan por ahí ciertos tocayos indeseables. Espero no desconcertar mucho a mi nutrido grupo de lectores a los que, por supuesto, he echado muchísimo de menos.

viernes, 22 de julio de 2011

Maleta

Para el verano, me llevo "Los Enamoramientos", de Javier Marías, y dos de Bertrand Russell: "Political Ideals" y "The Problems of Philosophy".

También me llevo otros ochocientos libros más. Pero no teman, que aunque viajo low-cost no tendré que pagar por exceso de equipaje. Van metiditos en Calibre, por si necesitara descargármelos en el Kindle.

Este blog permanecerá cerrado hasta después de Ferragosto. Intentaré no asomarme a internet hasta entonces, a ver qué pasa. Si echan mucho de menos mi prosa pueden leer esto que escribí cuando era otro.

Pásenlo muy bien.

lunes, 11 de julio de 2011

Un año después

Cómo no lo voy a recordar. Nos juntamos los colegas históricos en casa de D., no tan jóvenes como Pedrito, pero más jóvenes que Puyol. Cuando marcó Iniesta nos volvimos locos. Al acabar pensé en mis padres, y en los de mis colegas: "Si hoy estos chavales han (hemos) ganado es porque ellos hicieron las cosas bien". En su honor, y en honor de la vigente campeona del mundo, ahora mismo me pongo la Roja y voy comerme un gelato.

sábado, 9 de julio de 2011

Recetas

Si el lector tiene tiempo libre, le recomiendo que vea estos dos documentales sobre la crisis económica: Debtocracy y Sobredosis. Ambos son productos de impecable factura técnica. También son muy tendenciosos. Y, ni que decir tiene (conocida es mi querencia a dar a mis lectores una de cal y otra de arena), ambos dan visiones opuestas sobre la crisis. Como se esperarán, ninguna de las dos me vale.

El primer básicamente nos cuenta la crisis de deuda griega desde una posición puramente anticapitalista y ha tenido mucho éxito entre los indignados. Me entero en él del concepto de deuda ilegítima, y de cómo en Ecuador, gracias a que decidieron dejar de pagar la deuda internacional (como saben los millares de ecuatorianos que viven en Madrid y en Milán), todo son sonrisas. Se agradece, eso sí, que los autores lleven sus razonamientos algo más lejos de lo habitual entre la Indignación: según ellos, Grecia debería salir del Euro, de la UE y echar a patadas al FMI. Aunque estaría bien que llevaran sus argumentos aún más lejos, y nos explicaran cómo irían tirando sin pedir dinero prestado. Si fuera ciudadano griego, también me gustaría saber qué piensan hacer para que su programa salga adelante, porque el documental tiene un tufillo de desconfianza hacia la democracia griega que, no sé, hace pensar que los autores creen que la cosa está para vanguardias revolucionarias que hagan lo que hay que hacer.

El segundo da una visión opuesta de la crisis financiera internacional y en él se nos explica que los estímulos aplicados por los gobiernos para ir tirando en medio de la crisis nos están precipitando a otra peor. Quién sabe si tendrán razón. Para estos señores, que opinan que no hay algoritmomás eficiente que el Mercado, habría sido mejor que la economía mundial se derrumbara: la que surgiría después del cataclismo iba a estar de coña. Ya saben, esa fe en el Mercado por la cual mejor esperar a que la temperatura suba diez grados y el Mercado empiece a notar que algo va mal, que intentar corregir el cambio climático ahora. De lo bien que habría venido un poquito más de regulación para evitar el mamoneo entre Moody's y Wall Street, que ellos mismos denuncian, ni mu.

Lo curioso es que no haya ningún documental que explique el denominador común de las políticas que, sorprendentemente, han adoptado la mayoría de los países occidentales (¿acaso porque no había otras mejores?). Sería un coñazo, como estas entradas sobre Economía que me estoy marcando, y no parece que estén los tiempos para estas cosas. Porque incluso quienes están actuando de un modo razonablemente responsable parece que, de cara a la galería, prefieren dar recetas con gancho como "usar los beneficios de los bancos para crear empleos", sin explicar cómo con una cosa se crea la otra, o si entienden por crear empleo poner al personal a colorear los adoquines de Sol. En fin, que seguiremos atentos a nuestras pantallas y seguro que nos acabaremos enterando ¿O no?

sábado, 2 de julio de 2011

Un artista y dos hipótesis


Leía ayer que se estrena en España la última película de Mateo Gil, Blackthorn. La verdad es que tiene muy buena pinta; espero sólo encontrar el modo de verla en Milán. Porque uno de los peores defectos de esta ciudad es la dificultad de encontrar películas en versión original: sólo algunos cines las programan dos o tres días a la semana. Por supuesto los italianos dicen que ir al cine en V.O. no sólo es un insufrible rasgo de cultureta por mi parte, sino algo innecesario, dado que la escuela de dobladores italianos goza de renombre internacional. Ante esto sólo cabe replicar que lo mismo se dice en España sobre los dobladores españoles, e inferir que lo mismo dirán en Polonia sobre los dobladores polacos. Para mí, ver las películas dobladas en español tiene un pase, pero verlas en italiano es ya otro cantar: prueben a imaginarse a John Wayne diciendo maledetto traditore y sabrán de qué estoy hablando.

Curioseando entre los reportajes y las críticas descubro que está protagonizada por Sam Shepard quien, nos dicen, es "una leyenda", a la que por supuesto yo no conocía. Echando un vistazo a su biografía descubro que este señor, aparte de ser un actor de éxito consagrado, ha tocado con Dylan, ha ganado un Pulitzer y desde hace tres décadas comparte lecho con Jessica Lange, que tampoco es mala cosa. Así que decido leer la entrevista que le hacen en El Cultural, que empieza fuerte: "Vivimos una era apocalíptica, en todos los sentidos". Yo no sé cómo se ven las cosas desde las doradas colinas de California, pero la última vez que me asomé al mundo (ayer, en la metropolitana di Milano) no vi al personal demasiado temeroso ante lo que se avecina. La entrevista (es mucho decir) contiene perlas similares, como la de que "El mundo entero está con pánico. Ahora mismo Arizona está en llamas", ante lo cual sólo cabe aconsejar al señor Shepard que no se le ocurra veranear en Galicia. Y no puede faltar la frasecita de rigor sobre la crisis: "Creo que no puedes ser un artista honesto si no reaccionas ante lo que está ocurriendo, ante la crisis global, que no es sólo económica, sino sobre todo de carácter ético".

Sólo se me ocurren dos hipótesis que expliquen el desconcertante hecho de que un respetado y polifacético artista suelte frases que denotan una (digámoslo así) percepción de la realidad manifiestamente mejorable. La primera es una hipótesis artística, a saber: que sólo desde ese estado espiritual (que, quizás, deba ser cultivado por el propio artista, por ejemplo leyendo sólo las noticias de incendios en los periódicos) puede uno ir a un set de rodaje y poner cara de guerrero crepuscular sin que los presentes se partan de risa en tu cara. La segunda es una hipótesis cínica, por la cual el artista sabe que soltando frasecitas de este corte -que probablemente no se cree- logrará proyectar una imagen de sensibilidad ante la situación actual que resultará atractiva para esos potenciales espectadores (la mayoría de los que pueblan las salas de cine en V. O.) que consideran esa sensibilidad una condición indispensable para alcanzar un elevado nivel artístico.

Son estas hipótesis cuya veracidad podría determinar discutiéndolas directamente con uno de estos artistas. Lástima que estemos hablando un experimento irrealizable, porque el día que me presenten a un artista le estrecharé la mano y ambos nos volatilizaremos, dejando sólo energía, ante el asombro de los presentes.

sábado, 25 de junio de 2011

¿Los efectos de un sabotaje?

El gran Montano no puede evitar un exabrupto al ver lo que está pasando con Bildu y razón no le falta: la situación es descorazonadora, sí, pero son las reglas del juego y hay que aceptarlas. Luego matiza (por eso también es un grande) y nos manda al reflexivo artículo de hoy de Espada, uno de los mejores que se ha escrito sobre el tema. Bueno también fue el que escribió Savater, que probablemente debería leer su pupila Rosa Díez. Mientras Josepepe nos traducía un artículo que hablaba de la situación en Bélgica, en el que se explica que en la estrategia de ruptura de los flamencos, la educación jugó un papel fundamental. Y no puedo evitar preguntarme si los 276134 votos de Bildu no serán indicio de un sabotaje similar.

jueves, 23 de junio de 2011

El ejemplo del tendero

Estaba estos días dudando acerca de si escribir acerca de Lenna, una muchacha que me tiene de lo más absorbido últimamente, pero ya bastante trato tengo con ella como para traérmela al blog. Además, soy un tipo más bien egoísta, y prefiero poner por escrito una de mis dudas económicas con la esperanza de que algún sabio lector sepa indicarme cuál es la recta vía para salir de mis atolladeros intelectuales, tan inconvenientes en estos tiempos de tribulación que -sin duda- requieren actitudes más resueltas.

Hay muchas cosas que no entiendo de todo lo que está ocurriendo últimamente en la economía mundial, pero he notado que uno de los diagnósticos más comunes de nuestros males, según leo un día sí y otro también en las páginas de opinión de El País, es que "el gran problema de los mercados es que su poder no es democrático". El diagnóstico, así enunciado, parece intachable, porque más o menos existe cierto consenso en que la gestión democrática de los asuntos públicos es algo deseable.

Sin embargo, si uno rasca un poco se da cuenta de que el procedimiento democrático no siempre es el más adecuado, o mejor: que no siempre podemos funcionar democráticamente. Podríamos dar argumentos grandilocuentes y decir que si los muchachos que desembarcaron en Omaha se hubieran puesto a decidir democráticamente quién tenía que hacer de avanzadilla para tomar las ametralladoras alemanas, Hitler se habría muerto de viejo. O argumentos más de andar por casa, de corte práctico, como constatar las dificultades que causaría a un sufrido progenitor tener que decidir la hora de llegada a casa de sus hijos por un procedimiento mínimamente democrático. Pero prefiero dar argumentos manteniéndome en el plano económico y para ello, y por los dioses les pido que no me tomen por un émulo del insufrible Leopoldo Abadía, me centraría en un ejemplo microeconómico, como es nuestra relación con el tendero de la esquina.

El tendero de la esquina, en principio, tiene la capacidad de decidir si nos vende o no una lata de atún, y a qué precio hacerlo. Por supuesto, el precio que le da a sus latas puede parecernos mal, y podríamos modificar las reglas del juego de modo que fuera posible que nos juntáramos unos cuantos y le comunicáramos al tendero que hemos decidido que debe vendernos sus lata de atún a tal precio. Este procedimiento podría considerarse democrático, porque sin duda en él la voluntad de la mayoría ha salido triunfante. A corto plazo nos aseguraría latas de atún al precio deseado, pero a medio y largo plazo no sería de extrañar que las vocaciones tenderiles decrecieran, o que los tenderos prefieran ir a entornos más propicios para la venta de latas de atún, por no hablar de los propios productores de conservas, como el señor Calvo. Este ejemplo sencillo me hace pensar que unas reglas del juego estrictamente democráticas en economía pueden suponer a la larga un mal negocio.

Por supuesto no descarto no estar enterándome de nada, pero no doy para más. Será por eso que soy de los que le ve la gracia a ciertos artículos de El Mundo Today.

miércoles, 15 de junio de 2011

Veletas

Comentaba esta mañana con J. la sorprendente victoria de los Mavericks, y éste (siempre ecuánime, pese a su simpatía por el equipo de Dallas) me señalaba que le parecía excesiva la lluvia de críticas que le estaba cayendo encima a LeBron James. Y es que cuando el Big Three se puso por delante en la serie todo el mundo (incluido el que escribe) pronosticaba la victoria fácil de Miami y poco menos que una nueva era en la NBA bajo el cetro del King James. La muñeca de Nowitzki no sólo ha propiciado la remontada, sino que se inviertan los diagnósticos: leyendo la prensa deportiva estos días no cuesta encontrar quien defiende que el egocéntrico (no como Jordan, eh?) LeBron nunca ganará un anillo.

Esta historia me ha recordado a lo ocurrido recientemente con los indignados. Una de las cosas que me sorprendió en los inicios fue ver un "sondeo" que mostraba que casi todo el mundo apoyaba las reivindicaciones del movimiento, algo que se ha reflejado en algunas encuestas. Sin embargo, hoy que los indignados (perdón, algunos de los indignados) han empezado a fascistear (con escenas que recuerdan a las sufridas por Ciudadanos, pero a gran escala), la opinión pública ha dado muestras de su admirable flexibilidad y la gran mayoría parece creer que la policía debería intervenir en serio.

En fin, empecé hablando de baloncesto para acabar hablando de política.. qué diferencia con los tiempos en los que seguía la NBA de cerca, para luego comentar los partidos con J. Entonces se empezaba hablando de baloncesto, pero se acababa hablando de las cosas importantes de la vida...



martes, 14 de junio de 2011

Impresiones madrileñas

Indignados había unos cuantos, pero las terrazas estaban llenas, como siempre. Fue uno de esos fines de semana en la antesala del verano, en los que el sol pega con fuerza pero el asfalto y el cemento aún no se han recalentado: aún es posible percibir aquí y allá una brisa fresca, casi de montaña. Y si hay que ir a Sol, se va; "había que ir", me decían los amigos que se dejaron caer por allí. Muchos menos son los que fueron a montar el numerito en los ayuntamientos, obviamente no tiene nada que ver con el disciplinado revival mafioso que se está viviendo con Bildu (un motivo bien concreto para estar indignado). Pero aunque el movimiento parezca estar entrando ahora en hibernación, seguramente volverá: los motivos del cabreo no desaparecerán a corto plazo y, total, tampoco parece que tengan que decir mucho para que se les escuche. No hay más que ver el nivelazo de los gurús, que no van mucho más allá del truquillo retórico de meter, entre obviedad y obviedad, la morcillita ideológica (como enseña el maestro Chomsky), para ver que el éxito del movimiento no es directamente proporcional a la calidad de sus propuestas-que todavía estamos esperando. Éramos un montón, lo queríamos todo y no nos hicieron caso: he ahí un motivo para indignarse de nuevo cuantas veces sea necesario- a ser posible a la vuelta de vacaciones.

domingo, 5 de junio de 2011

Pasatiempos dominicales. Hoy: teología



Probablemente un ciudadano responsable debería consagrar un día como hoy a pensar en asuntos serios, como por ejemplo en lo que dice Carrillo en su artículo de EP de ayer. El ex-secretario general del PCE tiene desde luego un punto de vista formado sobre la coyuntura actual; podremos discutir si tiene razón o no, pero desde luego no podemos negar que se moja a la hora de señalar culpables y de pedir cambios. Su concreción se agradece especialmente cuando la comparamos con lo que nos encontramos en la galería de fotos y testimonios de "indignados" que publica hoy EP, que incluso hacen dudar sobre las intenciones de quien seleccionó el material..

Sin embargo es domingo, así que probablemente nos merezcamos pasar el día entreteniéndonos con algún pasatiempo menor como, por ejemplo, discutir una prueba de la no existencia de Dios. Hace poco hablaba de cómo Descartes necesitaba enlazar sólo un par de razonamientos para probar la existencia de ese ser omnipotente, omnipresente y omniscente (luego da otras cuatro pruebas, just in case). Pues bien, Escohotado nos cuenta en su libro (que sólo por sus anécdotas merece la lectura) que Mises daba un curioso argumento contra la existencia de un ser omnipotente. Transcribo la cita:

"¿Podría este ser omnipotante realizar algo inmune a su posterior interferencia? Si no pudiese variar esa obra dejaría de ser omnipotente, pero también dejaría de serlo si pudiese".

Ahora viene lo divertido: ponerse mentalmente por un momento en los hábitos de un agustiniano (o de Descartes, si prevén que tendrán un domingo movidito) y explicar que ésa es una prueba contra la existencia de un ser sólo omnipotente, pero que Dios es también omniscente, y cuesta imaginarse a un ser omniscente haciendo rectificaciones sobre la marcha...lo bueno de este inocuo (a estas alturas de la película) pasatiempo es que, a diferencia de los sudokus, es infinito. Y si tantos sabios le ha dedicado tantos esfuerzos, algún efecto saludable tendrá.

lunes, 30 de mayo de 2011

Resultados Electorales


Me pide mi amigo G., un incondicional enemigo de la gobernanta de mi comunidad de origen, que comente el último resultado de las elecciones municipales y regionales tras las cuales, según me cuenta con su habitual gracejo, se siente un poco como Tippi Hedren. Poco tengo que decir al respecto, salvo que los resultados eran casi predecibles con un sencillo ejercicio de aritmética: basta tomar los resultados de las elecciones anteriores, asumir que muchos de los nuevos 3 millones de parados que se han creado desde entonces han encontrado un buen motivo para probar otras cosas, y tenemos la receta del éxito del PP. Creo que algo así se puede decir también de cara a las próximas elecciones, para las que Rubalcaba me parece un candidato tan bueno como cualquier otro para acabar palmando ante Rajoy. Más interesantes han sido los pucheros de la Chacón y/o la posibilidad en el horizonte de un gobierno PP-UPyD, ambos abordados como siempre por el agudo Espada. La primera se ha retirado denunciando "oscuras maniobras", dejando la imagen del partido aún más tocada (¿y asegurádose, de paso, el apoyo futuro del movimiento indignados-no-nos-representan para cuando esté ya madurito?), y lo segundo sería una coyuntura interesante en la que analizar de qué pasta está hecho el partido de Rosa Díez. Habrá que seguirlo con atención.

En Italia, en cambio, la izquierda vuelve con energías renovadas. Al final ganó Pisapia ampliamente en Milán, y lo celebró en plena Piazza Duomo. La celebración no fue muy distinta del acto de cierre de campaña. Si acaso, asistir a este segundo acto de la sinistra me permitió constatar la heterogeneidad de los que apoyaron a Pisapia del pijo milanés al hippy de la vieja escuela (todos con tu toque naranja, eso sí) o para darme cuenta de algunos "tics" de la izquierda local, como sus continuas alusiones a la Liberación y a la Resistencia (una pequeña dosis de superioridad moral, lo sabemos, nunca viene mal). Pero, detalles tontos aparte (había también un lumbreras con la bandera de la DDR, lo que hay que ver...), ésta es una victoria que merece ser celebrada, como hizo un exultante Umberto Eco sobre el escenario que se montó para la ocasión, por el que desfilarían a lo largo de la noche varias "celebrities" de la sinistra local. Y es que con lo plasta que me he puesto últimamente con las leyes y las reglas, creo que es normal que me alegre de la derrota de los que equipararon a los jueces que persiguen a Berlusconi con las Brigadas Rojas, o (abriendo un poco el encuadre) de que el partido que más decididamente defiende la legalidad en Italia, el del juez de mani pulite Di Pietro, se haya hecho con el poder en Nápoles. Fue en definitiva una jornada feliz en Milán, que probablemente marca el inicio (ahora sí) de un nuevo ciclo político en Italia.

viernes, 27 de mayo de 2011

Ateísmo político (desordenado)

Una de esas carambolas aeroportuarias que casi siempre deparan algo interesante me hace dar con un ejemplar gratuito de Libération, donde se publica un extracto de un diálogo (un tanto desconcertante) entre el filósofo André Glucksmann y el europarlamentario Daniel Cohn-Bendit a cuenta del concepto de “liberal libertario”. Me llama la atención la definición que da Glucksmann del "ateísmo político", que bien podría enlazarse con el “ateísmo comercial”, de cuyos perseguidores (las Iglesias Cristiana y la Comunista-que diría Bertrand Russell) nos habla Escohotado en Los Enemigos del Comercio. Esta forma de ateísmo podría aproximarse como la adhesión pragmática (es decir, racional) a una serie de principios políticos (y económicos), como el del respeto a las leyes, que tiene como fin maximizar la libertad individual. Creo que este modo de acercarse a la política sólo permite inclinarse por opciones alejadas de las fórmulas utópicas. Así, creo que es difícil encontrarse con “ateos políticos” que no defiendan alguna variante del estado liberal (como Glucksmann o Cohn-Bendit).

Con las largas horas de vuelo a cuestas pienso que es posible que esa forma de ateísmo esté más presente entre quienes mueven los resortes del poder político de lo que pensamos -por fortuna; que es una forma de acercarse a los problemas políticos que tiene de su lado la fuerza del debate sincero y de la discusión, pero que no tiene más sustento que sus resultados (a diferencia de las posiciones doctrinarias que siempre encontrarán el sustento de la fe); que es posiblemente el modo de entender la política que mejor se adapta a la era de Google y de los algoritmos y pienso también-cómo no- en la protesta de Sol que, en un acto de fe en toda regla, convencida de ser el lugar donde las recetas para ese otro mundo posible (y mejor, se entiende) podrían por fin concretarse, se consideró legitimada para quebrantar la jornada de reflexión. Y mientras que pienso en todas estas cosas con las pocas neuronas funcionales que me quedan, veo en las pantallas del aeropueto cómo Berlusconi, el hombre que se confecciona con la habilidad de un sastre milanés leyes a medida para eludir la cárcel, explica a Obama que en Italia hay una dictadura: la de los jueces de izquierdas que se empeñan en perseguirle.

Pienso finalmente que podría hilvanar todo esto para intentar llegar a alguna conclusión contundente pero no me parece que merezca la pena. Y no porque Montanelli nos advierta que en los combates de la fe contra la razón que ha presenciado la Historia, la primera casi siempre ha salido ganadora: simplemente hay cosas que no pueden hacerse con jet-lag.

domingo, 22 de mayo de 2011

Por qué no habría ido a Sol

Escribo estas líneas en una situación particular, por la cual creo que no estaré informado de los acontecimientos del día hasta pasadas bastantes horas, pero si todo procede como está previsto los concentrados de Sol desoirán la prohibición de la Junta Electoral Central y mantendrán su campamento durante la jornada de reflexión. Si tuviera que apostar a algo, diría que la policía no intervendrá y que los acampados seguirán en Sol varios días más, para jolgorio de los medios y de los tertulianos . Pero el objetivo de esta entrada no es hacer predicciones que el tiempo puede rápidamente desmentir (al parecer, acerté): el objetivo es simplemente intentar explicar porqué no comparto los métodos ni el fondo de la protesta.

Haré un esfuerzo por no ser condescendiente. Esencialmente porque, si esto hubiera ocurrido hace diez años, yo habría estado allí. Sé lo que es participar en una movilización, sé lo que es sentirse en posesión de ideas que parecen contener tanta verdad como un teorema (“democracia es el gobierno del pueblo, ergo la democracia asamblearia es superior a la representativa”) y la sensación embriagadora que supone ver que esas verdades en apariencia palmarias, que el mundo parecía obstinado en no querer ver, por fin están teniendo la repercusión que se merecen. Por eso, voy a intentar reunir algunos argumentos concretos que (creo) me habrían hecho reflexionar de encontrármelos hace unos cuantos años.

Para empezar no iría a Sol es porque me parece injustificable violar la jornada de reflexión. Vivir en un “sistema de libertades”, sean éstas consideradas sólo “formales” o tan puras como las predichas por los sistemas utópicos, implica que en ocasiones las libertades de los individuos entran en conflicto, de modo que éstas han de ser reguladas. Más allá de la incoherencia que supone reivindicar un derecho constitucional (como es el derecho a manifestación reunión) cuando se declara la invalidez de nuestro sistema democrático, es evidente que ese derecho colisiona con otro derecho: el derecho a votar libremente. Nuestro sistema tiene unas instituciones que son las encargadas de resolver este tipo de conflictos, y en este caso han optado por resolver este conflicto de un modo razonable: los concentrados en Sol disponen de multitud de fechas al año para hacer oír su voz, luego es natural que cerca de unas elecciones prevalezca el derecho a votar libremente. Pero demos una vuelta de tuerca: imaginemos que quienes amenazan el derecho a voto fueran un grupo de extrema derecha bien organizado, que amenaza con agredir a quien acuda a los colegios electorales. Con acciones de este tipo los totalitarismos se hicieron con el poder el siglo pasado, dando lugar a sistemas mucho peores que los imperfectos sistemas de libertades que derribaron y es natural que existan mecanismos que prohíban ciertos comportamientos. El razonamiento para mí se extiende a las fechas anteriores, cuando la concentración de Sol fue ya prohibida. Sí, ya sé que sin desobediencia civil negros y blancos no se sentarían juntos en EEUU y demás, pero también creo que hay modos de ejercitar esa desobediencia sin lesionar derechos fundamentales de los demás ciudadanos. Y la desobediencia civil, no lo olvidemos, ha de tener como objetivo cambiar la ley, que es la única barrera medianamente decente que tenemos contra la arbitrariedad. Comenzar a crear supuestos en los que es justo saltarse la ley implica entrar en una peligrosa espiral.

El segundo motivo fundamental por el que no me pasaría por Sol es porque, simple y llanamente, no estoy de acuerdo con lo que parece ser su principal motivo de indignación: la falta de representatividad de los partidos políticos. Sin embargo hay que recordar que nuestros partidos políticos, con todos sus defectos, han acumulado millones de votos en las últimas elecciones, de modo que algo de legitimidad tienen, comparados con los manifestantes. Además, creo que existen partidos políticos que gustosamente incorporarían sus propuestas de cara a las elecciones del domingo (si es que no las llevan ya incorporadas), caso de Izquierda Unida. Promoción mediática del ideario no falta estos días, y podríamos considerar las elecciones del domingo un buen momento para comprobar si las propuestas de esos millares de personas concentrados en Sol tiene un apoyo mayoritario. Una de las reivindicaciones implícitas de los concentrados parece ser una mayor dosis de democracia directa. Aunque es una reivindicación que puede ser discutida, no estaría de más recordar que en Italia, Suiza o EEUU tenemos ejemplos de países donde los ciudadanos son consultados periódicamente sobre los más variopintos asuntos y no creo que estén mejor desde el punto de vista de las libertades políticas que España.


El tercer y último motivo que daré (el Zeta de hace diez años me habría mandado a freír espárragos hace tiempo) es que sus “propuestas económicas” me parecen, en el mejor de los casos, inanes. Ya he explicado que en temas económicos no estoy muy fuerte e intento defenderme con prudencia, pero hay una serie de asuntos en los que no creo que los concentrados hayan pensado. Para empezar parece que los manifestantes se oponen a los recortes, pero mi pregunta es: vista la situación desastrosa en la que están las finanzas públicas ¿cómo pagamos los servicios públicos? ¿queremos endeudarnos más? ¿con quién? ¿con China? ¿qué supondría eso a medio y largo plazo? Parece también que una posibilidad de evitar los recortes es no ceder a las presiones de la UE. Muy bien: ¿estamos dispuestos a ir hasta el final y salirnos del euro? Otra opción es la solución “a la islandesa”, cuando no está muy claro lo que Islandia va a hacer ni las consecuencias que tendría para el país no atender a sus obligaciones internacionales. Hay además una gran indignación por los préstamos hechos a los bancos, pero me gustaría saber qué habrían hecho los concentrados en Sol ¿negarles la pasta? ¿dónde habrían ido los ahorros de los trabajadores? ¿en qué situación habría quedado la economía? Señalaría además en este punto que ese tipo de propuestas son también defendidas por conspicuos miembros del Tea Party. Por supuesto habrá quien defienda alegremente una campaña de expropiaciones o subidas de impuestos, pero tengo dudas de que sean capaces de predecir las consecuencias reales de todo esto (sobre la inversión extranjera, sobre la creación de empleo, etc...). No creo, en definitiva, que los manifestantes de Sol representan a esa izquierda que entiende (como señala The Economist a propósito del caído en desgracia DSK) que para redistribuir la riqueza hay que crearla. En resumen, manifestarse “contra la crisis y el paro” no sirve de nada si no se dan alternativas realistas.

En fin, podría haber dado más motivos porque creo que en el heterogéneo cóctel ideológico de Sol hay mucho material bastante averiado, pero creo haber dicho lo esencial. Sin duda en nuestra democracia muchas cosas no funcionan bien. Pero también creo que el sistema democrático actual tiene un sutil mecanismo de contrapesos y equilibrios que, en mi opinión, tiene una complejidad que se escapa a los que piden “Democracia Real”.

domingo, 15 de mayo de 2011

Sobre Montanelli



Hablaba ayer de cómo no es necesario ser de izquierdas para ser antiberlusconiano, y lo hacía pensando en Montanelli. Precisamente ayer Arcadi Espada escribía un artículo sobre el último libro de Montanelli publicado en España, "Cuentas conmigo mismo". El artículo está muy bien, entre otras cosas porque recoge algunos fragmentos que son bastante representativos del tono de los textos de Montanelli, siempre precisos, incisivos y (sobre todo) irónicos. Para terminar de esbozar la figura del legendario periodista italiano, diré que Montanelli fue autor de una voluminosa Historia de Italia que fue un enorme éxito de ventas, que ahora está siendo reeditada por el Corriere con motivo de los 150 años de la unidad de Italia. Varios volúmenes han caído en mis manos (su apasionante Storia di Roma , L'Italia del Risorgimento, L'Italia in Camicia Nera, y ahora L'Italia dei Secoli Bui) y sólo puedo recomendarlos. Dicho queda por si algún lector quiere iniciarse en la lectura del maestro.

sábado, 14 de mayo de 2011

Fin de campaña en Milán


Anoche se cerró la campaña electoral de las elecciones municipales en Italia, que tendrán su primera ronda domingo y lunes, y la segunda (si es necesario) la semana que viene. Una de las ciudades que votan es Milán y ayer F. y yo fuimos a darnos un garbeo por el cierre de campaña de la izquierda, que tuvo lugar en la Piazza del Duomo.

La cabra siempre tira para el monte, dirán algunos, pero esto es sólo cierto en parte. En realidad, no hay que ser demasiado de izquierdas para simpatizar con el candidato del centro-izquierda, Pisapia, como en mi opinión no hace falta ser demasiado de izquierdas para entender que hay que hay que hacer lo posible por desalojar al berlusconismo del poder, representado en Milán por la actual alcaldesa Letizia Moratti. Es más: creo que tres fogonazos (ni programas ni leches, que andamos mal de tiempo) serían más que suficientes para que un hipotético votante entendiera que hay que votar a Pisapia. El primer fogonazo llega al pasear por la ciudad y ver los delirantes carteles publicitarios de la actual alcaldesa (mucho más numerosos que todos los de sus adversarios) ...pensé incluso en su momento escribir algo sobre su modo de ladear la cabeza en una de las fotos, rodeada de niños (¡cómo no!); sobre cómo ese ladeo y ese modo de sonreír al photoshop y de estar rodeada de niños son un síntoma pésimo. Un segundo fogonazo sería enterarse de la jugada de la Moratti, que en el último turno de un debate televisado, cuando Pisapia no tenía posibilidad de réplica, le espetó que era un ladrón de coches (haciendo alusión a un incidente de la juventud rojeras de Pisapia, del que salió absuelto), en una jugada casi tan patética como aquella de Miguel Sebastián con Gallardón. El tercer fogonazo se espera esta noche cuando, según dicen los que entienden al Líder, Berlusconi hará gala de su proverbial respeto por las reglas del juego e instrumentalizará la celebración del Scudetto del Milán pidiendo el voto para su pupila.

Pero en Italia, en fin, sabemos que hay una parte del electorado insensible a estas cosas. Pese a todo, parece que la cosa va a estar reñida y eso es una buena noticia para el candidato Pisapia, porque lo normal en estas latitudes italianas es que el partido berlusconiano arrase. Síntoma de que el centro izquierda puede dar la batalla era el llenazo de ayer en la Plaza del Duomo, donde pudimos escuchar a Pisapia, del que esperamos tenga mejores dotes para la gestión que para la retórica, y algunos temas del cantautor Vecchioni, quien (como su nombre indica) hace música para viejunos y que ha vuelto a ponerse de moda por haber ganado San Remo (lo de Italia con San Remo es un tema de tesis doctoral como poco, y no me atrevo ni a rozarlo en este post). Había de todo: jóvenes y viejos, comunistas de la vieja guardia, radicales de la Bonino, y mucha gente del Partido Democrático, cómo no; parecían ilusionados. El slogan de Pisapia es que “el viento está cambiando” y que “el aire estará más limpio”; concluido el concierto, acaso por efecto de los gorgoritos de Vecchioni, cayó una tormenta tremenda que dejó el aire como una patena. Esperamos que ocurra lo mismo tras las elecciones en Milán.