lunes, 9 de abril de 2012

El cuaderno cumple un año

Acordarse de los aniversarios con unos días de retraso tiene un punto de pimienta adicional: el que da la sorpresa, sólo alcanzable cuando ya se había perdido la esperanza. La excusa no es demasiado buena (apúntensela por si acaso) pero viene a cuento, porque entre unas otras cosas y otras se me había pasado el aniversario de este cuaderno. Para celebrarlo en plan cuantitativo he decidido meter lo escrito en uno de esos contadores de palabras y el resultado es el que pueden ver aquí:
  El lugar destacado del "si" confirma mis esfuerzos  por hacer esa cosa tan demodé de partir de unas premisas e intentar derivar las consecuencias lógicas sin contradecirme.  Pero también tenemos una buena dosis de "parece", porque tampoco es que esté muy seguro de probar teoremas con mis entradas. Veo que Milán e Italia está tan bien representados como Madrid y España, aunque creo que es engañoso: hablé bastante de Milán al principio, en esos días en los que te estás habituando a una ciudad y caminas por las calles sin saber dónde está el norte, pero bastaron unas semanas de viajes en metro y en tranvía rodeado de rumanos y cingaleses para volver a sentirme como en casa y hablar de España, de lo que se cocía en Sol y de un tema del que tengo tan poco idea como es la economía. Como si escribiera este cuaderno desde Madrid, vamos.

Para ser un blog que no tiene más objetivo que satisfacer mi impulso ocasional de escribir, he escrito más de lo que esperaba: 44 entradas, casi una semanal. Veremos si sigue así, porque mientras tanto se ha cruzado en mi camino twitter, que permite una satisfacción rápida, fácil y casi sin esfuerzo del mismo impulso, y me paro deliberadamente antes de que la metáfora se me vaya de las manos.  Pero este blog, aunque cueste creerlo, también pretende ser un ejercicio de eso tan difícil que es escribir con ligereza, como imagino que debe de escribir Severgnini: como si tocara el piano, pulsando poco la tecla de borrado. Esta misma entrada me confirma que estoy aún lejos de conseguirlo, así que creo que el cuaderno seguirá abierto durante bastante tiempo.

3 comentarios:

  1. Lo que cuenta, amigo, también en los contadores de palabras, son los nombres propios. Cuento tres: Berlusconi, Espada y Saviano. Dos locales y un visitante (o al revés). Tanti auguri!

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  2. Grazie, caro! Y no me negará que los nombres propios también dan un aire transversal (pasó de moda el palabro, ¿no?) al blog: uno de derechas, un socialdemócrata sarkoziano (Montano dixit) y uno de izquierdas. Aunque el equilibrio es una ilusión, porque creo que he hablado bastante mejor del segundo y del tercero que el primero...

    En cualquier caso espero que la ventaja italiana aumente, porque al final se escribe mejor sobre lo que se tiene más a mano.

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  3. Eso desde el punto de vista espacial. En cuanto al tiempo, es probable que, durante los primeros doce meses del Cuaderno, Berlusconi se haya autoembalsamado.

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