sábado, 17 de diciembre de 2011

Aviermen nos habla de las desigualdades.

Por su indudable interés público (y con el objetivo de intentar atraer al autor al mundo blogueril y tuiteril), copio aquí este interesantísimo correo que he recibido de Aviermen:

Al hilo de la entrada de tu blog 'Los ricos, cada vez más ricos...', y para tratar de hablar con un poco más de propiedad, he preparado estas dos figuras:



* La primera muestra la evolución de los ingresos de los hogares de EEUU desde 1967, normalizados a los de ese año 1967 (los datos son los del US Census Bureau que dejaste en el blog). En concreto, en la figura se muestran los ingresos de los percentiles 20, 40, 60, 80 y 95. En la parte de arriba están, además, los cocientes entre los percentiles 80/20 y 95/45. En lugar de unir los datos de cada año, para hacer la gráfica más suave he tomado la media entre el año en sí, los dos años anteriores y los dos años siguientes, y con eso he trazado una línea continua.


Mis conclusiones: la diferencia entre los más ricos y menos ricos en EEUU ha crecido de manera más o menos constante en los últimos 40 años, da igual que se creciera mucho, poco o regular. Mientras se crea riqueza, esto puede ser sostenible, porque basta con repartir no-equitativamente lo que tenemos de más: pero en un período en el que no se cree riqueza, o la tendencia cambia o las consecuencias para los que menos ganan van a ser grandes.


* La segunda figura también muestra ingresos de familias pero en este caso para los países de la OCDE. De hecho, representa el cociente entre lo que ganan los percentiles 90 y 10, en concreto ese cociente en 2008, normalizado a 1985. Los datos son de la OCDE, de un informe que salió comentado en la prensa española la semana pasada.


Mis conclusiones: no se ve ninguna correlación entre crecimiento y aumento/disminución de la desigualdad de ingresos: en particular, hay países que han reducido la desigualdad y han crecido más que otros que la han aumentado. Por supuesto la situación concreta de cada país es un mundo, pero creo que es importante destacar esta ausencia de correlación. Por cierto, el país en que el ratio entre lo que gana el percentil 90 y el 10 casi se ha doblado en este período es Israel (es el único país en que el percentil 90 es ahora significativamente más rico y el 10, significativamente más pobre).


Esto es todo por hoy.

Solo me queda desear que, con un poco de suerte, Enric responda a ese tal Sámuel:

7 comentarios:

  1. Aviermen: revisando el post no acabo de entender la figura 2. En concreto no entiendo por qué tenemos valores tan bajos en el cociente...me extraña que el percentil .90 gane sólo 1.2 veces (aprox) lo que el precentil .10.

    Sería también interesante ver qué relación hay entre la variación de la desigualdad y el crecimiento económico. Creo haber leído por ahí que en EEUU el crecimiento ha sido mayor cuando ha habido políticas redistributivas (típicamente con los demócratas).

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  2. Qué leñes, me extraña tener valores menores que 1. Mi desconcierto es total.

    Por cierto que EG sigue escribiendo sobre economía, y el tal Sámuel sigue dándole el coñazo:

    http://www.jotdown.es/2012/01/enric-gonzalez-los-efectos-de-la-luz-sobre-las-margaritas/#comment-6832

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  3. Es que no está muy bien explicado:

    Lo que enseña la figura es el cociente entre lo que ganaron el percentil 90 y el percentil 10 en 2008, pero normalizado a lo que valía ese cociente en 1985.

    O sea, que un valor 1 significa que el cociente era el mismo en 2008 que en 1985, y valores mayores (menores) que 1 indican que el cociente era mayor (menor) en 2008 que en 1985.

    La figura no dice nada sobre la desigualdad inicial, es decir, el cociente .90/.10 en 1985, sino que trata solamente de la evolución 1985-2008.

    Espero que ahora se entienda algo más.

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  4. Ahora lo entendí. La última figura, en efecto, no parece establecer correlación alguna entre crecimiento y variación de la desigualdad. Lo que sí muestra es que crecimiento y desigualdad van de la manita (porque las desigualdades, notables, no han variado mucho en los últimos veinte años-oscilaciones en torno a 1...y todos los países mostrados han crecido). Y eso quizá explica (sólo en parte, claro) la tolerancia de los políticos con las desigualdades. Porque el crecimiento les conviene (como nos conviene a nosotros).

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    1. Pero yo no creo que vayan tan agarrados de la mano: en la primera gráfica se ve cómo, en 2000-2010, prácticamente no va a haber crecimiento en USA, y sin embargo las desigualdades, siendo notables ya de un inicio, han aumentado.

      Yo más bien diría que no hay tanta correlación entre desigualdad y crecimiento: según la segunda gráfica, el crecimiento se puede conseguir tanto con 'grandes' desigualdades como con 'pequeñas', tanto aumentando la desigualdad como disminuyéndola.

      Y donde 'pequeñas' no implica que no haya desigualdad alguna, claro (podríamos buscar una estimación de qué significa exactamente mirando los números de la OCDE), de la misma manera que 'grandes' tendrá también sus limitaciones.

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    2. Disculpa el retraso, agravado porque me expresé realmente mal. Como bien dices, no podemos decir que "creciente desigualdad->crecimiento". Hasta aquí, de acuerdo. Lo que uno podría interpretar a la vista de la segunda figura, dado que *parece* que hay más puntos por encima que por debajo del 1, es que "crecimiento (poco, medio o mucho)-> creciente desigualdad". Ante esta (endeble) evidencia los políticos podrían usar lo que nostros aprendimos en las inolvidables lecciones de lógica del profesor A.R., e inferir que "decreciente desigualdad -> decrecimiento". Y de ahí su miedo a meter mano a las desigualdades. Eso quería decir.

      Insisto, todo esto es muy endeble: Habría que estudiar realmente el problema, y quizás una buena idea sería comparar periodos históricos de un mismo país. Tengo ganas de buscar más material al respecto. Me quedo sin embargo con una idea, y es que la desigualdad, incluso si crece, no implica necesariamente que los que peor están vayan a peor. Creo que admitiéndolo hemos avanzado algo frente a lo que supone echarse las manos a la cabeza porque los ricos son más ricos.

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