sábado, 9 de julio de 2011

Recetas

Si el lector tiene tiempo libre, le recomiendo que vea estos dos documentales sobre la crisis económica: Debtocracy y Sobredosis. Ambos son productos de impecable factura técnica. También son muy tendenciosos. Y, ni que decir tiene (conocida es mi querencia a dar a mis lectores una de cal y otra de arena), ambos dan visiones opuestas sobre la crisis. Como se esperarán, ninguna de las dos me vale.

El primer básicamente nos cuenta la crisis de deuda griega desde una posición puramente anticapitalista y ha tenido mucho éxito entre los indignados. Me entero en él del concepto de deuda ilegítima, y de cómo en Ecuador, gracias a que decidieron dejar de pagar la deuda internacional (como saben los millares de ecuatorianos que viven en Madrid y en Milán), todo son sonrisas. Se agradece, eso sí, que los autores lleven sus razonamientos algo más lejos de lo habitual entre la Indignación: según ellos, Grecia debería salir del Euro, de la UE y echar a patadas al FMI. Aunque estaría bien que llevaran sus argumentos aún más lejos, y nos explicaran cómo irían tirando sin pedir dinero prestado. Si fuera ciudadano griego, también me gustaría saber qué piensan hacer para que su programa salga adelante, porque el documental tiene un tufillo de desconfianza hacia la democracia griega que, no sé, hace pensar que los autores creen que la cosa está para vanguardias revolucionarias que hagan lo que hay que hacer.

El segundo da una visión opuesta de la crisis financiera internacional y en él se nos explica que los estímulos aplicados por los gobiernos para ir tirando en medio de la crisis nos están precipitando a otra peor. Quién sabe si tendrán razón. Para estos señores, que opinan que no hay algoritmomás eficiente que el Mercado, habría sido mejor que la economía mundial se derrumbara: la que surgiría después del cataclismo iba a estar de coña. Ya saben, esa fe en el Mercado por la cual mejor esperar a que la temperatura suba diez grados y el Mercado empiece a notar que algo va mal, que intentar corregir el cambio climático ahora. De lo bien que habría venido un poquito más de regulación para evitar el mamoneo entre Moody's y Wall Street, que ellos mismos denuncian, ni mu.

Lo curioso es que no haya ningún documental que explique el denominador común de las políticas que, sorprendentemente, han adoptado la mayoría de los países occidentales (¿acaso porque no había otras mejores?). Sería un coñazo, como estas entradas sobre Economía que me estoy marcando, y no parece que estén los tiempos para estas cosas. Porque incluso quienes están actuando de un modo razonablemente responsable parece que, de cara a la galería, prefieren dar recetas con gancho como "usar los beneficios de los bancos para crear empleos", sin explicar cómo con una cosa se crea la otra, o si entienden por crear empleo poner al personal a colorear los adoquines de Sol. En fin, que seguiremos atentos a nuestras pantallas y seguro que nos acabaremos enterando ¿O no?

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