domingo, 26 de octubre de 2014

miércoles, 15 de octubre de 2014

Una ventana de Edimburgo

Después de pulsar la situación catalana en los balcones de Barcelona, las circunstancias de esta vida loca que llevo me llevan a Edimburgo, donde me espera N. Por entonces aún no sabíamos si lo de Artur Mas el 9N iba a ser una cacicada o si simplemente sería una pantomima e intercambiamos impresiones sobre el asunto, impresiones tan variables como la sucesión de (¡chiquitodelacalzadescos!) pasitos para adelante y para atrás del President, que algún día algún investigador ocioso modelizará como un movimiento browniano. La discusión, como siempre, no lleva a ninguna parte, y no acertamos a predecir dónde nos llevará la errática danza de Mas. Pero mi paseo por Edimburo me hace pensar que, en el fondo, ni falta que hace saberlo. Porque alzando la vista por sus calles, como en Barcelona, me encuentro  con un anticipo del panorama que nos encontraremos cuando el President de turno culmine con éxito su secular murga y logre por fin que el Pueblo elija su propia aventura.